Siempre decimos que es aconsejable comenzar con las máquinas para tomar contacto con el método –de hecho, se concibió para ser practicado así y ayudar en la rehabilitación de lesiones- y, después, ir alternando los dos tipos de entrenamiento. Estas son algunas apreciaciones para conocer todas sus ventajas.
1. Tratamiento de lesiones: en este sentido con las máquinas, al ofrecer asistencia (apoyo, sujeción), la gravedad no actúa tan directamente sobre nuestro cuerpo. Esto hace que si tenemos alguna lesión sea más conveniente realizar Pilates en máquinas ya que es más “suave” en este aspecto.
2. Poca fuerza muscular: las máquinas facilitan el movimiento gracias a la combinación entre asistencia y resistencia. Las personas mayores o con poca fuerza muscular es conveniente que practiquen Pilates con máquinas, sobre todo al principio, y que poco a poco vayan realizando algún ejercicio de suelo. Con el Pilates suelo se fortalece especialmente la musculatura profunda del abdomen, que forma parte del centro o “power-house”. Es una buena forma de comenzar a practicar Pilates si uno tiene un mínimo de fuerza muscular general y ninguna lesión importante.
3. Trabajo de piernas y brazos: las máquinas ofrecen ejercicios extra en relación con el Pilates suelo para fortalecer la musculatura de brazos y piernas. Mientras que en el suelo se trabaja especialmente el fortalecimiento del centro y musculatura interna, con las máquinas, además de trabajar el centro y la musculatura profunda, se fortalecen mucho piernas y brazos.